Mejor conocida como corona o cabeza juega un papel muy importante en la experiencia que es disfrutar de una gran cerveza.
La calidad de la cabeza, es resultado directo de la calidad y tipo de fermentación a la que fue sometida la cerveza. Durante este proceso, la levadura se encarga de liberar el alcohol y el dióxido de carbono en la bebida, descomponiendo las azúcares y almidones de la malta que se haya usado, de esta manera, nuestra bebida se gasifica de manera natural.
La espuma está formada por un gran número de burbujas de dióxido de carbono que suben a la superficie y explotan.
La espuma es muy importante por 2 razones:
Al subir y explotar las burbujas de dióxido de carbono, la bebida libera todos los aromas presentes, es mucho más fácil distinguir los aromas en una cerveza con una cabeza decente, que con una sin cabeza.
Al haber siempre presente una capa de espuma, por más fina que esta sea, se evita o se aminora el contacto del líquido con el aire, y esto nos sirve para que no se pierda el gas tan rápido.